El entorno empresarial actual está caracterizado por las condiciones de inestabilidad, incertidumbre, indeterminación y complejida. El cambio es constante e imprevisto y ello obliga a las organizaciones a tomar el timón de su propia gestión del cambio para alcanzar las metas deseadas.

Cuando el cambio era gradual, los directivos podían prepararse, estudiarlo y gestionarlo. Para ello, se basaban en su experiencias. Ahora la naturaleza y la velocidad del cambio hace que tengamos que aprender a trabajar con la incertidumbre, dado que la experiencia pasada ya no es extrapolable a resultados futuros.

Objetivos de la organización

Para el éxito de una organización siempre ha sido importante tener unos objetivos claros, medibles y cuantificables. Ahora, además es fundamental que sean compartidos y apoyados por toda la organización.  Esto hace imprescindible una comunicación interna eficaz y transparente que aune los intereses personales con los empresariales y de esa manera todos apoyen la visión.

¿Qué tipo de dirección llevas en tu empresa?

Las organizaciones tradicionales, hasta ahora,  han sido pilotadas como un gran trasatlántico. Esta forma de gobierno es útil cuando las turbulencias son mínimas  y el rumbo marcado podía mantenerse estable con pequeños ajustes.  Pero los icebergs que nos encontramos hoy en el camino de nuestro desarrollo empresarial, obligan a las organizaciones a ser pilotadas como lanchas planeadoras, capaces de cambiar rápidamente el rumbo para saltar los obstáculos.

Para poder pilotar estas planeadoras, las organizaciones necesitan que sus directivos se abran a una nueva disposición mental convirtiéndose en lideres colaborativos. Para ello es indispensable escuchar a los que les rodean por múltiples canales, desarrollando habilidades de trabajo en equipo real, incorporando el pensamiento estratégico sistémico, abandonando el mandato y  lograr el compromiso de todos con la organización.

El cambio puede resultar incómodo, pero es necesario e imprescindible para avanzar en las condiciones actuales. Una vez vencida la incomodidad,  los resultados son visibles y cuantificables.

El Desarrollo Organizacional ayuda a las organizaciones a encontrar sus áreas de mejora, a cohesionar sus equipos  y realizar los cambios necesarios minimizando la incomodidad de los mismos, porque el cambio proactivo incentiva, mientras que el reactivo lastra.