No podemos ralentizar la velocidad del cambio, del avance tecnológico, de la globalización… Pero podemos tomar conciencia y responsabilidad de que estamos frente a una nueva Revolución, y esta es la Revolución de las Competencias, la Revolución de los Modelos Organizacionales, la Revolución del conocimiento…

Tenemos que actuar de manera inmediata para mejorar y acelerar el proceso de formación y mejora de las habilidades de los empleados actuales para que puedan ser  y estar en los empleos del futuro.

El impulso de las carreras profesionales en un entorno cambiante como el que vivimos, ya no depende de los conocimientos que se poseen, sino de los que se pueden llegar a aprender

Las empresas necesitan centrarse en la recualificación y en la mejora de habilidades de sus empleados de manera inmediata para poder solventar las carencias actuales y anticiparse a las demandas del futuro.

Las empresas tienen un papel importante en la evolución de las competencias para la mejora de la empleabilidad de las personas y el mantenimiento vivo del talento en sus organizaciones, la formación en habilidades se torna cada vez más importante y estratégica para el manteniendo de la competitividad y el valor diferencial.

Una organización altamente evolucionada en su tecnología no podrá abordar el futuro sin personas altamente cualificadas y con grandes habilidades

“De media, para 2020, más de un tercio de las principales competencias demandadas en la mayoría de ocupaciones constarán de habilidades que aún no se consideran cruciales para el trabajo hoy día” – Foro Económico Mundial

La llamada tercera Revolución requiere de nuevas mentalidades tanto en los directivos que deben estar  en continuo pedaleo, gestionando correctamente el cambio,  como para las personas que desean progresar en sus trabajos.

El futuro líder tendrá que enfocar el sostenimiento de un sano equilibrio entre el negocio y la tecnología, encontrar maneras de mejorar y monetizar la innovación, alinear a sus colaboradores con el negocio…

Podemos hacer del cambio una decisión activa o una obligación reactiva, pero no podemos  evitarlo,

Es responsabilidad del directivo aprender a ejercer el liderazgo de acuerdo con las condiciones y entorno, y es una actitud ante la vida: estar abierto al cambio, aceptar los desafíos, rodearse de diversidad, aumentar la capacidad de gestionar las incertidumbres y la comunicación inteligente.